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Vivir o trabajar en lugares con niveles elevados de partículas finas aumenta el riesgo de cáncer de mama
MADRID, ESP. Las concentraciones elevadas de partículas contaminantes en el aire en lugares residenciales y de trabajo aumentan las probabilidades de desarrollar cáncer de mama, según un nuevo análisis del estudio XENAIR a presentarse en el Congreso de la European Society for Medical Oncology (ESMO) de 2023.[1]
“Hasta donde sabemos, este estudio es el primero en examinar el riesgo de cáncer de mama asociado con la exposición a largo plazo a la contaminación del aire tanto en los lugares de residencia como en los lugares de trabajo estimado utilizando “un modelo [estadístico] con resolución espacial muy fina”, informaron los investigadores.
“Nuestros datos muestran una asociación estadísticamente significativa entre la exposición a pequeñas partículas contaminantes a largo plazo, en casa y en el trabajo, y el riesgo de cáncer de mama. Este hallazgo contrasta con investigaciones previas que tenían como objeto únicamente la exposición a dichas partículas en el lugar de residencia de las mujeres, y que mostraron efectos insignificantes o ausencia de efectos en el riesgo de cáncer de mama”, informó en un comunicado de prensa la autora, Dra. Béatrice Fervers, Ph. D., directora del Departamento Medioambiental para la Prevención del Cáncer del Centre Léon Bérard para el Cáncer en Lyon, Francia.
El estudio XENAIR, realizado a partir de la cohorte E3N, ya había demostrado, hace un año, un mayor riesgo de cáncer de mama durante la exposición a cinco contaminantes atmosféricos y, en particular, un riesgo elevado entre las mujeres expuestas durante su transición a la menopausia al benzo(a)pireno (BaP) y al bifenilo policlorado (PCB153), dos contaminantes clasificados como disruptores endocrinos.
Un aumento lineal del riesgo
En este nuevo análisis, se comparó la exposición a la contaminación por PM2,5, PM10 y dióxido de nitrógeno (NO2) en el lugar de residencia y en el lugar de trabajo de 2.419 mujeres con cáncer de mama con la de 2.984 mujeres sin cáncer de mama entre 1990 y 2011.
Los controles se equipararon con los casos según el lugar de residencia, la edad (±1 año), la fecha (±3 meses) y el estado menopáusico en el momento de la toma de muestra de sangre.
Los resultados mostraron que el riesgo de cáncer de mama aumentó en 28% cuando la exposición a la contaminación atmosférica por partículas finas (PM2,5) aumentó en 10 µg/m3, que es aproximadamente la misma diferencia que existe en concentración de partículas PM2,5 en los entornos rurales respecto a las áreas urbanas de Europa.
En el nuevo análisis se comparó la exposición a la contaminación en el lugar de residencia y el lugar de trabajo de 2.419 mujeres con cáncer de mama con la de 2.984 mujeres que sin la enfermedad entre 1990 y 2011. Los resultados mostraron que el riesgo de cáncer de mama se incrementa en 28% cuando la exposición a pequeñas partículas (PM2,5) en suspensión en el aire se incrementa en 10 µg/m3. También se documentaron pequeños incrementos en el riesgo de cáncer de las mujeres expuestas a niveles elevados de contaminación atmosférica por partículas de mayor tamaño (PM10 y dióxido de nitrógeno).
También se registraron aumentos menores en el riesgo de cáncer de mama entre las mujeres expuestas a altos niveles de contaminación del aire por partículas más grandes (PM10 y NO2).
No se observó ninguna modificación del efecto según el estado menopáusico (p para interacción: 0,99, 0,90 y 0,86 para PM2,5, PM10 y NO2, respectivamente). Los análisis por estado de receptores hormonales mostraron una asociación positiva pero no significativa para PM2,5 en el cáncer de mama con receptores de estrógeno positivos (ER+).
La Dra. Fervers y su equipo ahora planean estudiar los efectos de la exposición a la contaminación durante el trayecto al trabajo para obtener una imagen completa de los efectos sobre el riesgo de cáncer de mama.
El Dr. Charles Swanton del Francis Crick Institute, en Londres, Reino Unido, que explicó el año pasado en el Congreso ESMO 2023 cómo la contaminación atmosférica a través de partículas finas induce la proliferación tumoral en individuos con cierto tipo de mutaciones genéticas, destacó la importancia de estos nuevos resultados para el cáncer de mama.[2]
“Estas partículas de pequeño tamaño pueden adentrarse en el interior de los pulmones y llegar al torrente sanguíneo, desde donde llegan a la mama y a otros tejidos. Ya hay evidencia de que los contaminantes del aire pueden alterar la arquitectura de la mama.[3,4] Será importante estudiar si la contaminación permite que las células del tejido mamario con mutaciones preexistentes promueven el crecimiento de tumores, probablemente por procesos inflamatorios, similares a nuestras observaciones en no fumadores con cáncer de pulmón”, declaró.
“Es muy preocupante que las pequeñas partículas contaminantes del aire y que las partículas de microplástico de tamaño similar estén entrando en el ambiente cuando aún no comprendemos su potencial para facilitar el desarrollo de cáncer. Existe una urgente necesidad de llevar a cabo estudios de laboratorio para investigar los efectos de estas pequeñas partículas contaminantes en la latencia, grado, agresividad y progresión de los tumores de mama”, agregó el Dr. Swanton.
“Ahora hay evidencias epidemiológicas y biológicas sólidas del vínculo entre la exposición a partículas PM2,5 y el cáncer, y contamos con buenos motivos clínicos y económicos para reducir la contaminación para prevenir el cáncer”, declaró el Dr. Jean-Yves Blay, Ph. D., director de Políticas Públicas de la ESMO.
Tras una propuesta de la Comisión Europea en octubre de 2022 para reducir el límite de partículas PM2,5 en el aire desde el actual umbral de 25 µg/m3 a 10 µg/m3 en el año 2030, ESMO ha instado a una mayor reducción del límite de PM2,5 a 5 µg/m3, de acuerdo con las guías de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la calidad del aire.[5]
“Reducir las partículas PM2,5 presentes en el aire hasta el nivel recomendado por la OMS es crucial, por su asociación con diversos tipos de tumores, incluyendo los de mama”, agregó el Dr. Blay. “Tenemos la responsabilidad de impulsar ese cambio, no solo por la gente de Europa, sino en to todo el mundo, donde hay grandes variaciones en la contaminación”.
Más recientemente, en septiembre de 2023, el Parlamento Europeo adoptó en sesión plenaria su informe sobre la revisión en curso de las Directivas de Calidad del Aire Ambiental de la UE, que refleja las recomendaciones de la ESMO de fijar el valor límite anual para partículas finas (PM2,5) en 5 µg/m³. Esta adopción abre negociaciones interinstitucionales entre los colegisladores (Parlamento Europeo, Comisión Europea y Consejo de la UE) para acordar el texto final de la guía.[5,6]
“Apoyando nuestra petición con evidencia científica sólida, estamos ofreciendo una nueva dimensión a la política de salud pública. El trabajo no ha terminado, y el cambio no se va a producir de un día para otro, pero vamos en la dirección correcta”, concluyó el director de Políticas Públicas de la ESMO.
El estudio fue financiado por: ARC Foundation for Cancer Research (CANCAIR201601245), ANSES, French League against Cancer, Fondation de France.
Fuente: https://espanol.medscape.com/verarticulo/5911569?ecd=mkm_ret_231108_mscpmrk-ES_SpeMailer_etid6032793&uac=436592HR&impID=6032793#vp_2