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20 abril, 2023

Los trastornos del sueño se asocian a un aumento en el riesgo de ictus

Los trastornos del sueño se asocian con un riesgo significativamente mayor de ictus, según muestra una nueva investigación.

Los resultados de un estudio internacional a gran escala muestran que el riesgo de ictus fue más de 3 veces mayor para las personas que dormían muy poco, más del doble para las personas que dormían demasiado y de 2 a 3 veces mayor para las personas con síntomas de apnea obstructiva del sueño grave.

El estudio también mostró que cuanto mayor es el número de síntomas de trastornos del sueño, mayor es el riesgo de ictus; 11% de los participantes del estudio con 5 o más síntomas de trastornos del sueño tenían un riesgo 5 veces mayor de sufrir un ictus.

Aunque los datos del estudio no muestran un vínculo causal entre los trastornos del sueño y los ictus, la asociación entre ambos fue sólida.

“Dada la asociación, la alteración del sueño puede representar un marcador de alguien con mayor riesgo de ictus y se requieren más estudios de intervención para ver si el manejo puede reducir este riesgo”, dijo a Medscape Noticias Médicas la investigadora principal, Dra. Christine Mc Carthy, Ph. D., geriatra y especialista en ictus e investigadora de la University of Galway, en Galway, Irlanda. “Mientras tanto, sin embargo, el manejo de los trastornos del sueño puede tener un impacto positivo en la calidad de vida del paciente”.

Los hallazgos se publicaron en versión electrónica el 6 de abril en Neurology.

Más síntomas, más riesgo

Investigaciones anteriores muestran que la apnea obstructiva del sueño grave duplica el riesgo de ictus y aumenta la posibilidad de un ictus recurrente. Un estudio de 2019 mostró que las personas con insomnio tenían un pequeño aumento en el riesgo de ictus.

“Tanto los ronquidos como los extremos de la duración del sueño se han asociado previamente con un mayor riesgo de ictus en la investigación observacional, pero se sabe menos sobre otros síntomas de trastornos del sueño, con hallazgos menos consistentes”, explicó la Dra. McCarthy.

Los estudios anteriores también provienen usualmente de una sola región geográfica, lo que, de acuerdo con la Dra. McCarthy, podría limitar su generalización.

Para este esfuerzo, los investigadores utilizaron datos de 4.496 participantes en INTERSTROKE, un estudio internacional de casos y controles de factores de riesgo para un primer ictus agudo. Aproximadamente la mitad de los participantes tenían antecedentes de ictus.

Con la información recopilada de una encuesta sobre hábitos de sueño, los investigadores encontraron un riesgo elevado de ictus en quienes dormían menos de 5 horas por noche (odds ratio [OR]: 3,15; intervalo de confianza [IC] de 95%: 2,09 a 4,76) o más de 9 horas de sueño por noche (OR: 2,67; IC 95%: 1,89 a 3,78), en comparación con los que dormían 7 horas por noche.

Los participantes que tomaron siestas no planificadas o siestas que duraron una hora o más (OR: 2,46; IC 95%: 1,69 a 3,57) y los que notificaron una mala calidad del sueño (OR: 1,52; IC 95%: 1,32 a 1,75) también tenían un mayor riesgo de ictus.

Los síntomas de apnea obstructiva del sueño también se asociaron fuertemente con un mayor riesgo de ictus, incluidos los ronquidos (OR: 1,91; IC 95%: 1,62 a 2,24), resoplidos (OR: 2,64; IC 95%: 2,17 a 3,20) y cese de la respiración (OR: 2,87; IC 95%: 2,28 a 2,60).

El riesgo de ictus aumentó a medida que aumentó el número de síntomas de trastornos del sueño, con el mayor riesgo para 11% de los participantes que tenían cinco o más síntomas (OR: 5,38; IC 95%: 4,03 a 7,18).

“Este estudio encontró una asociación entre una amplia gama de síntomas de alteración del sueño y un ictus, y una asociación graduada con el aumento de los síntomas, en un entorno internacional”, dijo la Dra. McCarthy.

Los investigadores no están seguros de qué es lo que impulsa el mayor riesgo de ictus entre las personas con trastornos del sueño. Aunque el estudio controló los factores de confusión potenciales, no fue diseñado para hallar qué es lo que impulsa la asociación.

“La alteración del sueño también puede tener una relación bidireccional con muchos factores de riesgo de ictus; por ejemplo, la alteración del sueño puede ser un síntoma de la enfermedad y exacerbarla”, indicó la Dra. McCarthy. “Se requieren estudios de intervención futuros para determinar la verdadera dirección de la relación”.

Un marcador de riesgo de ictus

Al comentar los hallazgos para Medscape Noticias Médicas, el Dr. Daniel Lackland, doctor en salud pública, profesor de neurología en la Medical University of South Carolina en Charleston, Estados Unidos, dijo que estos brindan evidencia adicional del vínculo entre el sueño y el riesgo de ictus.

“Los resultados confirman que los trastornos del sueño son un marcador potencial y parte del perfil de riesgo”, apuntó.

La recopilación de información sobre el sueño mediante una herramienta de evaluación validada es una parte importante de la atención clínica, afirmó el Dr. Lackland, especialmente entre los pacientes con otros factores de riesgo de ictus.

Una limitación del estudio fue que los datos sobre el sueño se recopilaron solo en una evaluación y no se siguió a los participantes a lo largo del tiempo para ver si los cambios en el sueño afectaban el riesgo de ictus.

“Este es un punto importante y debe ser un foco para futuros estudios, ya que es fundamental en el diseño de intervenciones”, finalizó el Dr. Lackland.


Fuente: https://espanol.medscape.com/verarticulo/5910743#vp_2

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