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El dolor faríngeo se convierte en un síntoma dominante de la COVID-19: informes
Presentar dolor faríngeo u odinofagia es ahora un síntoma dominante de la infección por SARS-CoV-2, mientras que la fiebre y la anosmia (pérdida del olfato) se están volviendo menos comunes, según informes recientes en el Reino Unido.[1,2]
El cambio podría ser motivo de preocupación ante la llegada del otoño y la presencia de otras enfermedades respiratorias, incluyendo la influenza; a medida que cambian los principales síntomas de la COVID-19, las personas podrían propagar el virus sin darse cuenta.
“Mucha gente sigue utilizando las recomendaciones del gobierno sobre los síntomas, que son incorrectas”, dijo a The Independent el Dr. Tim Spector, Ph. D., profesor de epidemiología genética en el King’s College en Londres, Reino Unido.
El Dr. Spector cofundó la aplicación COVID ZOE, que es parte del estudio de la COVID-19 más grande del mundo. A lo largo de la pandemia, los investigadores han utilizado datos de la aplicación para realizar un seguimiento de los cambios en los síntomas.
“Por el momento, la infección por SARS-CoV-2 comienza en dos tercios de las personas con dolor faríngeo. La fiebre y la pérdida del olfato son realmente infrecuentes, por lo que es posible que muchas personas mayores no piensen que tienen la COVID-19. Dirían que es un resfriado y no se harán la prueba”.
Las infecciones por SARS- CoV-2 en el Reino Unido aumentaron 14% a fines de septiembre, según datos de la Office for National Statistics del Reino Unido. Más de 1,1 millones de personas dieron positivo durante la semana que finalizó el 20 de septiembre, frente a los 927.000 casos de la semana anterior. Las cifras continúan aumentando en Inglaterra y Gales, con una tendencia incierta en Irlanda del Norte y Escocia.
Es probable que la ola otoñal de infecciones haya llegado al Reino Unido, explicó el Dr. Spector a The Independent. Las subvariantes de ómicron, que se espera continúen durante el invierno, continúan evolucionando y están escapando de la inmunidad de infecciones y vacunas anteriores.
Pero con la reducción de las pruebas y la vigilancia de las nuevas variantes, los expertos en salud pública han expresado su preocupación por el seguimiento de las últimas variantes y las tendencias de COVID-19.
“Solo podemos detectar variantes o saber lo que viene haciendo la secuenciación de las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR), y eso no está ocurriendo ni de cerca en la medida en que sucedió hace un año”, dijo a The Independent el Dr. Lawrence Young, B. Sc., Ph. D., profesor de virología en la University of Warwick en Coventry, Inglaterra.
“La gente contraerá varias infecciones durante el invierno, pero no sabrá cuáles son porque no hay pruebas gratuitas disponibles. Va a ser un problema”, reflexionó.
Los casos de COVID-19 también están aumentando en toda Europa, lo que podría marcar el primer pico regional desde la ola de BA.5, según los últimos datos del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC). (En el pasado, los aumentos en Europa han señalado una tendencia por venir en otras regiones).
Las personas de edad igual o mayor a 65 años han sido las más afectadas, según muestran los datos, con un aumento de los casos de 9% con respecto a la semana anterior. Las hospitalizaciones se mantienen estables por ahora, aunque 14 de 27 países de la región europea han notado una tendencia al alza.
“Es probable que los cambios en la convivencia de la población después de las vacaciones de verano sean el principal impulsor de estos aumentos, sin indicios de cambios en la distribución de las variantes circulantes”, informó el ECDC.
A nivel mundial, los últimos datos del informe semanal de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de nuevos casos semanales disminuyó 6% durante la semana del 26 de septiembre al 2 de octubre de 2022, en comparación con la semana anterior, con más de 2,9 millones de nuevos casos notificados. El número de nuevas muertes semanales disminuyó 12%, en comparación con la semana anterior, con poco más de 8.300 muertes informadas.
Mientras tanto, en Estados Unidos se encuentra ya disponible la vacuna de refuerzo dirigida contra ómicron actualizada para el otoño y cerca de 7,5 millones de estadounidenses ya han sido vacunados. No obstante, la mitad de la población elegible en los Estados Unidos aún no ha recibido ninguna dosis de refuerzo.
“Los refuerzos bivalentes ayudan a restaurar la protección que podría haber disminuido desde la última dosis, y también brindan protección adicional para usted y quienes lo rodean contra todos los linajes de la variante ómicron”, informó Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de Estados Unidos. “Cuantas más personas se mantengan al día con las vacunas, más posibilidades tendremos de evitar un posible aumento de la COVID-19 a finales de este otoño e invierno”.
https://espanol.medscape.com/verarticulo/5909793#vp_1
Créditos: Comité científico Covid