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COVID-19: el resumen semanal (20 al 26 de mayo de 2022)
Tedros Adhanom Ghebreyesus: “Este virus nos ha sorprendido a cada paso”
En las palabras de apertura de la 75ª Asamblea Mundial de la Salud en Ginebra, Suiza, donde se le reelegió por amplia mayoría como director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, Ph. D., insistió en que la pandemia “no ha terminado” y que los casos estan al alza en 70 países en todas las regiones. “Sé que no es el mensaje que les gustaría escuchar ni tampoco el que quiero dar. Este virus nos ha sorprendido a cada paso, una tormenta que ha atravesado las comunidades una y otra vez, y todavía no podemos predecir su camino o su intensidad”, resaltó.
Días después, en el mismo foro, Tedros hizo un nuevo llamado a la acción: “Esta pandemia ha tenido muchos precedentes y muchas lecciones que debemos aprender y estamos aprendiendo. Pero al mismo tiempo, no podemos simplemente hacer una pausa, aprender e implementar… en lugar de hacer una pausa para aprender lo que decimos es que mientras aprendemos, implementemos”. Un nuevo fondo multimillonario creado por los países del G20 para ayudar a las naciones en desarrollo a prepararse mejor para las pandemias y que podría estar operativo en unos meses, según el Banco Mundial, podría ser un paso adelante en ese sentido.
CDC insta a administrar nirmatrelvir/ritonavir pese a reportes de “rebote”
En algunos reportes de casos recientes, pacientes con una respuesta inmunitaria normal que se recuperaron tras completar un ciclo de cinco días del combo antiviral nirmatrelvir/ritonavir informaron una enfermedad recurrente o “rebote” de síntomas de 2 a 8 días después, aunque la recaída se resolvió en promedio en tres días sin tratamiento y los episodios “podrían ser parte de la historia natural de SARS-CoV-2”, señaló Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de Estados Unidos en un comunicado.
El organismo siguió recomendando la administración del fármaco en pacientes con COVID-19 leve a moderada y alto riesgo de progresión a enfermedad grave, dentro de los cinco días del inicio de los síntomas. Nuevos datos del mundo real en Hong Kong, durante una ola pandémica dominada por el sublinaje BA.2 de ómicron, reafirman la efectividad de esta estrategia: los pacientes de una cohorte retrospectiva que tomaron nirmatrelvir/ritonavir redujeron alrededor de dos terceras partes el riesgo de progresión a formas graves y de mortalidad por todas las causas, según un estudio de preimpresión en medRxiv.
¿Paradoja? Pacientes hospitalizados previamente sanos tienen mayor probabilidad de secuelas
Los pacientes hospitalizados por COVID-19 que previamente estaban sanos tienen mayor probabilidad de presentar anomalías en diferentes biomarcadores, así como alteraciones prolongadas en corazón, pulmón y riñón después del alta que aquellos que ya padecían distintas comorbilidades antes de la infección, señaló un estudio en Nature Medicine.
“Las razones de esto no están claras, pero puede ser que una persona sana que está hospitalizada con COVID-19 tenga una peor infección respecto de alguien con afecciones de salud subyacentes”, señaló el investigador principal, Dr. Colin Berry, Ph. D., profesor de cardiología e imágenes de University of Glasgow, en Glasgow, Reino Unido. El estudio se hizo sobre 159 pacientes con una edad media de 55 años y un seguimiento promedio de 450 días posteriores al alta y las alteraciones persistentes tuvieron un impacto negativo en la calidad de vida y en el desempeño físico y psicológico.
Famotidina puede aliviar síntomas y un estudio aporta posible explicación
El antiácido famotidina, un antagonista de receptores H2, mostró en estudios clínicos acelerar la resolución de los síntomas de COVID-19 cuando se administra en altas dosis. Ahora un estudio en animales de laboratorio aporta una posible explicación del mecanismo: el fármaco estimula el nervio vago, que a su vez libera sustancias que bloquean la tormenta de citoquinas, publicó Molecular Medicine.
Se sabe que la estimulación eléctrica directa del nervio vago mejora una variedad de enfermedades. “Famotidina, un fármaco oral bien tolerado, podría ofrecer un método adicional” de activación del nervio vago para reducir la generación de proteínas inflamatorias y el daño tisular resultante en COVID-19 y otras enfermedades, concluyeron los investigadores.
Interrogantes sobre la anticoagulación después del alta
El uso de anticoagulantes durante la pandemia ha sido un “vuelo a ciegas sin instrumentos” y hasta ahora ningún estudio ha demostrado que mantener esa medicación después de la infección por SARS-CoV-2 realmente prevenga el tromboembolismo, más allá de los resultados alentadores del estudio MICHELLE con rivaroxabán 10 mg en pacientes considerados de alto riesgo de esa complicación y con bajo riesgo de sangrado, señaló el Dr. Bruno Rustum Andréa, cardiólogo de la Clínica Cárdice, en Río de Janeiro, Brasil, durante el 39º Congreso de la Sociedade de Cardiologia do Estado do Rio de Janeiro (SOCERJ).
El Dr. José Kezen Camilo Jorge, médico y coordinador de Casa de Saúde São José, en Río de Janeiro, también compartió su posición: “Estoy 100% de acuerdo en que los pacientes más graves salen con menor capacidad funcional, por lo que sería una práctica aceptable extender la profilaxis anticoagulante hasta que el paciente se vuelva completamente funcional”. Pero quedan interrogantes sobre los pros y los contras de esa intervención después de ese lapso o en pacientes menos graves.
COVID-19 aumenta riesgo de infección por herpes zóster en mayores de 50 años
En personas mayores de 50 años el antecedente de COVID-19 es un factor de riesgo de herpes zóster y aumenta la probabilidad de desarrollarla entre 15% y 21%, según los pacientes hayan sido solo diagnosticados o también hospitalizados, respectivamente, reveló un estudio de cohorte retrospectivo que evaluó casi 400.000 personas con testeo positivo para SARS-CoV-2 y casi 1,6 millones sin esa infección.
Los resultados subrayan la importancia de la vacunación contra el herpes zóster en personas de más de 50 años, escribieron los autores en Open Forum Infectious Diseases.
Sorpresa: después de un año pueden aparecer nuevas secuelas
Muchos síntomas neurológicos de COVID-19 persistente, como “niebla cerebral”, fatiga, tinnitus, mareos, cefalea, visión borrosa o parestesias se sostienen sin grandes variaciones después de un año, según una evaluación realizada en promedio a los 6 a 9 meses y otra vez a los 15 meses en medio centenar de pacientes de una clínica especializada de Estados Unidos, publicó Annals of Clinical and Translational Neurology.
Pero los investigadores también hicieron un hallazgo sorpresivo: en la población estudiada aumentó la proporción de quienes presentaron nuevas “secuelas” que no habían experimentado antes, como alteraciones en el ritmo cardiaco y la presión arterial o síntomas digestivos, lo cual sería indicador de la aparición tardía de disfunciones del sistema nervioso autónomo, señaló el Dr. Igor Koralnik, director de la Neuro COVID-19 Clinic de Northwestern Medicine, en Chicago, Estados Unidos.
COVID-19 persistente afecta a 17,6% de la población pediátrica a los tres meses
Tres meses después de tener COVID-19, 17,6% de la población pediátrica presenta al menos un síntoma persistente, siendo los más comunes congestión nasal (17%), cefalea (15%), fatiga (13%), pérdida de apetito (10%), insomnio (9%), tos (8%), dolor abdominal (6%), confusión y falta de concentración (5,2%) y erupciones cutáneas (4,9%), según el análisis de 670 niños italianos con diagnóstico positivo para SARS-CoV-2 presentado en el 77º Congreso Nacional de la Società Italiana di Pediatria (SIP), realizado en Sorrento y en modalidad virtual. Quince por ciento de la muestra no había tenido síntomas en la fase aguda y solo 1,8% requirió hospitalización.
La autora principal del estudio, Dra. Susanna Esposito, profesora de Pediatría y directora de la clínica pediátrica de la Università di Parma, en Parma, Italia, señaló que fatiga, insomnio, falta de concentración y dolor de cabeza son los síntomas que tuvieron mayor impacto en la vida diaria de los pacientes registrados. Y que el dolor de cabeza y el insomnio duraron más tiempo: el primero hasta cuatro a seis meses después de la infección y el segundo hasta un año después.
¿SARS-CoV-2, influenza o virus sincitial respiratorio? Una prueba casera lo define
Una nueva autoprueba con capacidad de identificar y diferenciar virus de la influenza A y B, virus sincitial respiratorio (VSR), así como el SARS-CoV-2, acaba de ser aprobada para la venta directa al público por la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos, lo cual ofrece una herramienta rápida para “ayudar a determinar si el autoaislamiento es apropiado y tomar decisiones médicas después de discutir con un profesional médico”, señaló la agencia.
En la práctica los usuarios tendrán que tomar una muestra nasal ellos mismos y enviarla a la compañía productora (Labcorp) para el análisis de los resultados, pudiendo ser usado bajo supervisión de un adulto en la población pediátrica a partir de los dos años de edad. “En muchas situaciones clínicas es muy importante diferenciar entre estas enfermedades que producen síntomas similares, como tos, fiebre y nasofaringitis”, confirmó el Dr. Aaron Glatt, jefe de enfermedades infecciosas y epidemiólogo del hospital Mount Sinai South Nassau, en Nueva York, Estados Unidos. “Esta autoprueba ofrece ventajas significativas, pero su costo también es significativo”.
Reacción inmune es clave en las complicaciones neurológicas
La magnitud de la reacción inmune disparada por antígenos virales (como la proteína de la nucleocápside) y no la invasión directa de SARS-CoV-2 al sistema nervioso central explica en buena medida el compromiso neurológico de COVID-19, según un estudio transversal sobre 44 pacientes en JAMA Network Open.
En el estudio los pacientes con síntomas neurológicos (23) presentaron un perfil inflamatorio más pronunciado en el líquido cefalorraquídeo, por lo cual los autores de Suecia, Austria, Estados Unidos y Hong Kong propusieron incluir análisis de ese fluido en futuros estudios de neuropatogénesis y de estrategias de tratamiento.
“La viruela símica no es COVID-19 “
Con cerca de 350 casos confirmados o bajo investigación reportados en más de una docena de países no endémicos desde comienzos de este mes, incluyendo Argentina, la viruela símica o viruela de los monos ha encendido las alertas globales. Pero los especialistas aseguran que no existe amenaza de una nueva crisis pandémica, dado que la transmisión aérea del virus es muy poco probable y su capacidad de mutar (al ser un virus de ADN) es mucho menor a la del SARS-CoV-2. “Seamos cautos, pero no hay necesidad de más miedo o pánico. La viruela símica no es COVID-19 ni va a causar la misma devastación, los mismos fallecimientos ni los mismos confinamientos”, sostuvo el Dr. Melvin Sanicas, maestro en enfermedades infecciosas, vacunólogo y educador de la salud y director médico de Clover Biopharmaceuticals.
Para la Dra. Armelle Pérez-Cortés Villalobos, infectóloga mexicana radicada en Canadá y miembro del comité editorial de Medscape en español, el surgimiento y reaparición de virus “continuará en nuestro futuro, ya que vivimos en un mundo viral en el que debemos invertir en investigación, en sistemas de vigilancia epidemiológica, en educación de la población general y en la formación de la nueva generación de virólogos que nos harán transitar con mayor fortaleza las epidemias y pandemias futuras”.
https://espanol.medscape.com/verarticulo/5909084#vp_1
Créditos: Comité científico Covid