En respuesta al anuncio del alcalde Ismael Burgueño Ruiz sobre...
Leer más
Las mascarillas funcionan. Las pruebas de nuestras investigaciones son contundentes
Las mascarillas, en especial las quirúrgicas, reducen de manera considerable el riesgo de contraer la COVID-19. Convencer a más personas de que las porten —a través de lineamientos o estrategias como repartir cubrebocas en iglesias y otros lugares de actividades públicas— podría salvar miles de vidas en todo el mundo y cientos en Estados Unidos cada día.
Muchas personas viven en países en los que las vacunas todavía no están ampliamente disponibles. Incluso en Estados Unidos, donde sí hay vacunas, no son empleadas con uniformidad y la tasa de letalidad semanal de la COVID- 19 permanece alta. En esos dos entornos, los cubrebocas son una herramienta decisiva y económica en la lucha contra el coronavirus.
Nuestra investigación, que ahora mismo está siendo arbitrada, se llevó a cabo con la participación de 340.000 adultos en 600 poblaciones de Bangladés y puso a prueba muchas estrategias para lograr que las personas usaran mascarillas.Nuestro equipo de investigación decidió distribuir cubrebocas directamente en los hogares y en sitios públicos con muchas personas como mezquitas y mercados. Brindamos información sobre por qué portar de mascarillas era importante e involucramos a líderes religiosos y comunitarios para comunicar ese mensaje. Finalmente, hicimos que residentes de todas las poblaciones pidieran de manera cortés a cualquiera que no llevara una mascarilla que se la pusiera y que dieran cubrebocas a cualquiera que necesitara uno.Aunque no todas las personas aceptaron colocárselo, el uso de cubrebocas aumentó alrededor del 30 por ciento entre los adultos que fueron instados a ponérselo. Este cambio condujo a una reducción del nueve por ciento en los casos de COVID-19. En las comunidades en las que promovimos el uso de mascarillas quirúrgicas, los casos de COVID-19 disminuyeron el 11 por ciento.Nuestro estudio no midió el efecto del uso universal de mascarillas, sino el de un programa de cubrebocas voluntario. El resultado fue un incremento en el uso de cubrebocas de uno de cada diez a cuatro de cada diez (un gran aumento en el uso, pero aún lejos de ser perfecto). Si todos usaran mascarillas, es muy probable que la reducción en los casos de COVID-19 hubiera sido sustancialmente mayor.Las personas mayores de 50 años fueron las más beneficiadas, en especial en comunidades donde distribuimos mascarillas quirúrgicas. En estas comunidades, los casos de COVID-19 disminuyeron el 23 por ciento entre personas cuya edad oscila entre los 50 y los 60 años y el 35 por ciento para personas mayores de 60 años. Nuestro estudio no indica que solo las personas de edad más avanzada necesitan usar mascarillas, sino que el uso generalizado de cubrebocas en la comunidad reduce el riesgo de COVID-19, en especial para las personas mayores.
Planteemos esto en términos concretos. Nuestro mejor cálculo es que cada 600 personas que usan mascarillas quirúrgicas en áreas públicas previenen, en promedio, una muerte al año, dadas las tasas recientes de muertes en Estados Unidos. Imagina una iglesia con 600 feligreses. Si una congregación se enterara de que podría salvar la vida de uno de sus miembros, ¿todos estarían de acuerdo en usar mascarillas quirúrgicas en espacios públicos cerrados durante el próximo año?
The State of Vaccine Mandates in the U.S.
-
- Vaccine rules. On Aug. 23, the F.D.A. granted full approval to Pfizer-BioNTech’s coronavirus vaccine for people 16 and up, paving the way for mandates in both the public and private sectors. Such mandates are legally allowed and have been upheld in court challenges.
- College and universities. More than 400 colleges and universities are requiring students to be vaccinated against Covid-19. Almost all are in states that voted for President Biden.
- Schools. California became the first state to issue a vaccine mandate for all educators in public and private schools. New York City has also introduced a vaccine mandate for teachers and staff, but it has yet to take effect because of legal challenges. On Sept. 27, a federal appeals panel reversed a decision that temporarily paused that mandate. it. Los Angeles has mandated vaccines for students 12 and older who are attending class in person.
- Hospitals and medical centers. Many hospitals and major health systems are requiring employees to get vaccinated. Mandates for health care workers in California and New York State appear to have compelled thousands of holdouts to receive shots.
- New York City. Proof of vaccination is required of workers and customers for indoor dining, gyms, performances and other indoor situations. City education staff and hospital workers must also get a vaccine.
- At the federal level. On Sept. 9, President Biden announced a vaccine mandate for the vast majority of federal workers. This mandate will apply to employees of the executive branch, including the White House and all federal agencies and members of the armed services.
- In the private sector. Mr. Biden has mandated that all companies with more than 100 workers require vaccination or weekly testing, helping propel new corporate vaccination policies. Some companies, like United Airlines and Tyson Foods, had mandates in place before Mr. Biden’s announcement.
También probamos el filtrado de las mascarillas quirúrgicas que habían sido usadas, arrugadas en bolsillos y bolsos, así como lavadas con jabón y enjuagadas hasta diez veces. Aun así, estas mascarillas evitaban que atravesaran más partículas de virus que los típicos cubrebocas de tela. Es posible que los cubrebocas con mejor filtración o ajuste al rostro que las mascarillas quirúrgicas, como los KF94 o KN95, brinden una protección incluso mayor si se usan de la manera adecuada.Lo importante es que las mascarillas funcionan y es probable que las de mayor calidad funcionen mejor para evitar la COVID-19. Si puedes elegir entre un cubrebocas de tela y una mascarilla quirúrgica, escoge la quirúrgica. Sin embargo, la mejor mascarilla es la que una persona se pone y de la manera correcta.El uso de cubrebocas no necesita ser permanente. Ponerse más mascarillas quirúrgicas hoy en áreas de alto riesgo puede significar menos necesidad de usar mascarillas mañana, y en el ínterin, podrían evitar muchas muertes. En lugares donde los mandatos de uso de cubrebocas no son factibles o posibles, alternativas más leves (como una persona que reparta mascarillas en la entrada de un centro comercial) pueden ser sumamente efectivas. Nuestra investigación indica que si a las personas se les entrega una mascarilla y se les pide de forma cortés que, por favor, la usen, muchas personas lo harán. No todas, pero no todas necesitan hacerlo para salvar vidas.
Créditos: Comité científico Covid