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28 marzo, 2021

Los sanitarios españoles ingresados por COVID-19 cursan con menor gravedad y mortalidad

MADRID, ESP. Los trabajadores sanitarios ingresados por la COVID-19 tuvieron menos comorbilidades, cuadros clínicos más leves y mejor pronóstico que el personal no sanitario. Los datos del registro español SEMI-COVID-19 reflejan que el contagio profesional por SARS-CoV-2 no conlleva mayor gravedad ni mortalidad.

Los profesionales sanitarios hospitalizados por la COVID-19 no tienen mayor riesgo de muerte ni peor pronóstico que la población general, indica el estudio que firman 25 especialistas en medicina interna, publicado en la revista PLoS One, con datos obtenidos del Registro Español SEMI-COVID-19 durante la primera ola de la pandemia.

En general los trabajadores de la salud tienen alto riesgo de contagiarse por SARS-CoV-2 debido a su frecuente contacto con los pacientes infectados. Varios estudios epidemiológicos han mostrado resultados discordantes sobre el riesgo de muerte en trabajadores sanitarios con la COVID-19, el cual es elevado en México, pero bajo en Alemania y Malasia.

Este estudio de cohortes observacional, basado en los datos del Registro SEMI-COVID-19 de la Sociedad Española de Medicina Interna, analizó de forma comparativa el pronóstico y riesgo de muerte de los trabajadores sanitarios y no sanitarios hospitalizados en España por la COVID-19 para determinar si los primeros tenían peor pronóstico o mayor mortalidad.

Este registro es observacional, retrospectivo, multicéntrico, de ámbito nacional y permanente, en el que participan 150 centros hospitalarios de España. Comprende un total de 10.600 pacientes consecutivos del 1 de marzo al 22 de mayo de 2020, es decir, durante la primera ola pandémica.

Perfil del sanitario ingresado por COVID-19

En este estudio se incluyeron datos de 4.393 pacientes con edades entre 20 y 65 años, de los cuales 419 eran profesionales sanitarios y 3.974 no sanitarios. La mediana de edad de los sanitarios fue de 52 años y 62,4% era de sexo femenino.

Trabajadores sanitarios:

  • 142 médicos (33,9%).

  • 107 integrantes de personal de enfermería (25,5%).

  • 98 auxiliares de enfermería (23,4%).

  • 72 desempeñaban otros cargos en el ámbito sanitario (17,2%).

Por otro lado, el análisis de los servicios en que trabajaron más profesionales infectados reportó:

  • Atención primaria (16,6%).

  • Urgencias (11,3%).

  • Medicina interna (11,3%).

El estudio evaluó la presencia de patologías concomitantes utilizando el índice de comorbilidad de Charlson, con prevalencia de comorbilidades al ingreso menos frecuente en el grupo de profesionales sanitarios y más habitual en el grupo de los no sanitarios. No obstante, no hubo diferencias respecto a las necesidades de soporte respiratorio ni de ingreso en la unidad de cuidados intensivos entre ambos grupos.

La sepsis (1,7%; p = 0,024 frente a 3,9%; p < 0,001) fue más frecuente en no sanitarios y se asoció con edad, obesidad, ictus y enfermedad renal crónica moderada a grave, sin diferencias entre ambos grupos para otras complicaciones.

Las comorbilidades marcan el pronóstico

Dr. Jesús Díez Manglano

 

El Dr. Jesús Díez Manglano, presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna y primer autor del estudio, comentó a Medscape en español: “La diferencia en la comorbilidad entre personal sanitario y no sanitario es muy importante; vimos que los sanitarios tienen menos comorbilidades y esto puede tener explicación. Por ejemplo, hace 20 años los trabajadores sanitarios fumaban más que los no sanitarios, pero esto afortunadamente ha cambiado y fuman bastante menos, lo que a su vez implica que haya menos enfermedad cardiovascular y respiratoria, factor fundamental para tener menor mortalidad en caso de ser ingresado por la COVID-19”.

Durante la hospitalización, según datos del estudio, fallecieron 194 pacientes (4,4%) y la mortalidad hospitalaria fue menor en los trabajadores sanitarios (0,7% frente a 4,8%; p < 0,001).

En cuanto a factores con más peso en la mortalidad hospitalaria, el especialista indicó que “fue claramente la comorbilidad, pero también otros factores ya reflejados en otros estudios, como edad y sexo masculino, como se ha puesto de manifiesto en otro subestudio de nuestro registro SEMI-COVID-19.[2] Además del tabaquismo tenemos la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, así como la obesidad”.

Casi 12% más sobrevida a los 30 días

La tasa de reingreso hospitalario fue de 2,9%; la mitad de los reingresos se debió a la COVID-19. La sobrevida a los 30 días fue de 96,8% en trabajadores sanitarios y de 85,1% en no sanitarios (p = 0,001).

Un hallazgo interesante que es conveniente resaltar fue que en el momento del ingreso el trabajador sanitario presentó síntomas más leves, como anosmia, ageusia y artralgia. La mediana de tiempo desde los primeros síntomas hasta la admisión hospitalaria fue de 7 días, sin diferencias entre ambos grupos de trabajadores. Pero se encontraron algunas diferencias en los síntomas.

Los hallazgos exploratorios más frecuentes en los sanitarios fueron:

  • Tos seca: 72,3% frente a 67,3%; p = 0,003.

  • Astenia: 54,6% frente a 44,8%; p < 0,001.

  • Artralgia: 1% frente a 39,2%; p < 0,001.

  • Ageusia: 14,6% frente a 9,4%; p = 0,001.

  • Anosmia: 14,6% frente a 8,7%; p < 0,001.

Temperatura mayor o igual a 38 °C (74,4% frente a 68,5%; p = 0,007) y saturación de oxígeno menor o igual a 92% (24,2% frente a 11,8%; p < 0,001) fueron superiores en los trabajadores no sanitarios.

Asimismo, el trabajador no sanitario presentó hallazgos radiológicos graves con mayor frecuencia, como derrame pleural, condensación bilateral e infiltrados intersticiales bilaterales (todos con p ≤ 0,025).

Mejores conocedores de la enfermedad en la primera ola

Respecto a la peor saturación de oxígeno y hallazgos radiológicos en los no sanitarios, el Dr. Díez señaló: “No hay explicación clara, pero nuestra hipótesis es que el personal sanitario conocía mejor la enfermedad en los primeros meses de pandemia, donde se recogieron estos datos, frente a los no sanitarios, lo que permitió que pudieran consultar antes la aparición de síntomas de gravedad, y por otro lado, los no sanitarios llegaban al hospital más tarde y eso se tradujo en peor saturación y más complicaciones pulmonares”.

En el momento del ingreso también el perfil analítico del personal sanitario fue en general más favorable en cuanto a los niveles de glucosa sérica, creatinina, urea, lactato deshidrogenasa, aspartato aminotransferasa, alanina aminotransferasa, proteína C reactiva, ferritina, dímero D y hemoglobina, aunque el recuento de glóbulos blancos fue menor en los trabajadores sanitarios.

Según datos del Ministerio de Sanidad de finales de mayo, 20% de los profesionales sanitarios se contagió del SARS-CoV-2; el Dr. Díez apuntó: “Quizás al principio fuera una cifra de ese nivel, por la falta importante de equipos de protección personal que todos sabemos que hubo, pero creo que en estos momentos es de aproximadamente 4,5%. Desde luego esa alta cifra no es la percepción que tengo ahora en mi medio”.

Más de 127.000 sanitarios infectados en España

El Ministerio de Sanidad actualiza diariamente (excepto el fin de semana) los datos de la situación frente al coronavirus en España, reflejando las cifras del personal sanitario los viernes. Al 18 de marzo había 127.130 casos confirmados en personal sanitario (información agregada hasta el 10 de mayo e individualizada a partir del 11 de mayo). Desde el 11 de mayo ha habido 76.710 casos notificados, 447 en los últimos 14 días y 171 en la última semana.

Por comunidades autónomas, desde mayo destacan:

  • Comunidad Valenciana (11.447).

  • Cataluña (10.756).

  • Andalucía (10.540).

En la última semana se han notificado 39 casos en Madrid y 29 en Cataluña.

En cuanto al ámbito de exposición en personal sanitario en función del centro de trabajo desde mayo (48.397 casos) 10.962 casos acontecieron en un centro sanitario, 7.996 en atención domiciliaria, 6.853 fueron tipificados como laborales, y solo 638 en un centro sociosanitario, aunque en 18.940 de los casos el lugar del contagio se reflejó como desconocido.

Registro muy prolífico en subestudios

Finalmente, el Dr. Díez señaló: “Queríamos responder si había mayor carga infectiva en personal sanitario por el contacto y si conllevaba mayor mortalidad, y hemos visto que no; de momento no tenemos contemplado profundizar más en este aspecto concreto”.

 

“Ahora mismo nuestro registro tiene en marcha muchos análisis; está en revisión por pares el de la mortalidad en pacientes con enfermedades autoinmunes, por la tormenta de citocinas que induce la COVID-19.

 

Hay 80 subestudios planteados dentro del registro y se han publicado alrededor de 14 artículos; otros 8 o 9 están en revisión por pares y 50 en fase de estudio y preparación”, concluyó el Dr. Díez.

 


Créditos: Comité científico Covid

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